Cuenta la leyenda, que en una playa de Galicia, en donde se varó la barca que transportaba los restos del Apóstol Santiago desde Palestina:
Al parecer, tras la celebración de una boda, iba la comitiva acompañando a los novios.
El recorrido discurria por la playa, que presentaba un gran oleaje; el sequito distinguió una barca, a la deriva… ante la visión del naufragio, el novio, que iba cabalgando, decidió acudir en ayuda de los navegantes y se internó en las aguas sin desmontar de su caballo.
Una gigantesca ola lo arrastró hacia las profundidades, y viéndose perdido, invocó al cielo ayuda. Sintió que una extraña fuerza lo arrastraba hacia la orilla. Caballo y jinete pisaron tierra firme, justo en el momento en que la barca que transportaba los restos del Apostól alcanzaba la orilla. Toda la comitiva observó que jinete y caballo estaban cubiertos de conchas.
Todos los presentes consideraron la salvación debido al Apostól Santiago, quedadndo así, indisolublemente unidos para siempre: la imagen de Santiago con la vieira.